Las dos jóvenes corrían asustadas por el bosque.
Una fiera enorme les perseguía. Las dos
hermanas, Clara y Laura, se habían tropezado
con ella en un atajo hasta casa después de las
clases y la fiera había atacado a Clara, que
sangraba mucho del brazo derecho. Se había
quedado inconsciente, pero su hermana Laura
había cargado con ella buena parte del camino y
ahora estaban las dos bien despiertas y también
muy asustadas.
Cuando llegaron a casa lo contaron todo, el
médico de guardia vino a atender a Clara y le
cosió la herida, los padres cuidaron de ambas lo
mejor que pudieron y, por fin, se fueron a
dormir. Clara no descansó. No paraba de tener
pesadillas con la fiera que les había atacado y, en
el fondo, temía haberse contagiado de algo y
convertirse ella también en un terrible monstruo.
Las pesadillas que tuvo fueron impactantes y
aterradoras, veía gente herida, sangre por todas
partes, mucha violencia. Se despertó pronto, por
la mañana, empapada de sudor y creía haber
tenido una fiebre muy alta, aunque ahora se
encontraba bastante bien.
Sin embargo, el silencio de la casa le asustó.
Llamó a sus padres, a su hermana, pero nadie
contestaba. Fue al dormitorio de sus padres y se
quedó helada de miedo. Sus padres habían sido
devorados y yacían en la cama sin vida. ¡Estaba
segura de que había sido ella! Los sueños no eran
mentira, sino la realidad que veía como si
estuviera soñando.
Salió de la casa corriendo en busca de
su hermana Laura, pero no la
encontraba por ningún sitio. Por un
momento pensó en entregarse a la
policía pero decidió volver a casa y
comprobar si encontraba a su hermana
por fin, viva o muerta.
Cuando llegó, sorprendentemente su
hermana estaba en la cocina tomando
café. Clara le preguntó si estaba bien y
si había visto a sus padres y ella le
contestó que sí a las dos cosas. Clara,
todavía sin comprender nada le
preguntó por qué estaba allí tan
tranquila y Laura le miró muy
fijamente. Algo en sus ojos cambió. Se
levantó de la silla y se quitó la
camiseta, mostrando una profunda
herida que la fiera, sin que nadie lo
hubiera sabido, le había hecho mientras su
hermana había caído inconsciente. Y Laura le
dijo mientras se transformaba:
– Te estaba esperando. Me he quedado
con hambre.
1 comentario:
FELICIDADES Bruji si normalmente los escritos rozan la perfeccion con este ya me has tocado el punto debil,si normalmente para mi los escritos que haces seria una puntuaccion de 9 este seria de 11 me ha gustado mucho y animarte para que escribas alguno mas en este estilo de miedo,sustos,para no dormir nunca mejor dicho una vez mas felicidades y adelante
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