Hola mis brujís y brujos.... ¡¡¡ya estamos de vuelta!!!.

Unos días antes de lo previsto, pero las

circunstancias mandan.

Llego con las pilas cargadas, con ganas de seguir 

adelante, luchando día a día, pero sobre todo con 

ganas de estar con todas vosotras y vosotros.



Compartir las tardes con nuestras cosas, nuestras 

charlas , risas y complicidad , pero sobre todo 

vuestro calor, que aun en la distancia me llega 

esplendoroso, como un rayo de luz que me 

envuelve y protege.


Por que los amigos te dan calor cuando mas lo 

necesitas y yo puedo afirmar con conocimiento de 

causa esa frase, pues así lo he vivido con todas 

vosotras/os.







Nuestro amigo, es la respuesta a 



nuestras necesidades. 




Es nuestro campo, que sembramos con 



amor y cosechamos con gratitud. 



Es nuestra mesa y el fuego de nuestro 



hogar.


Porque acudimos a él para saciar 



nuestra hambre y lo buscamos para 



alcanzar la paz.





Cuando nuestro amigo revela sus 



pensamientos, no temo el " no " en mi 



propia mente, ni retengo  el " sí ". 


Y cuando él guarda silencio, 



nuestro corazón no cesa de escuchar a 


su corazón. 


Porque en la Amistad, 



todos los pensamientos, todos los 



deseos todas las expectativas, 



nacen sin palabras, 



y son compartidas con callado gozo. 


 

Cuando  me separo de mi amigo, 



lo hago sin aflicción. 



Porque lo que más amo en él, 



puede ser más diáfano aún en su 



ausencia, como para el alpinista que 



la montaña aparece más despejada 



desde la llanura. 

 


Y dejad que en la Amistad 



no exista otro propósito 



que el de profundizar el espíritu. 



Porque el amor que busca otra cosa



que no sea la revelación de su propio 


misterio, no es amor, sino una red 


tendida y solamente lo inútil es pecado. 


Y procurad que lo mejor de vosotros, 



sea para vuestro amigo. 



Si debe conocer vuestra bajamar, 



dejadlo conocer también vuestra 


pleamar. 





Y, que en la dulzura de la amistad 



haya lugar para la risa y 



para los placeres compartidos. 



Porque en el rocío de las pequeñas 


cosas, el corazón encuentra su mañana 


y toma su frescura.


                            



Gracias por estar ahí siempre, os 



quiero.